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El esquema de la comunicación de Roman Jakobson


   En su artículo "Lingüística y poética", Roman Jakobson da cuenta del circuito de la comunicación, que se ha convertido en un esquema básico al momento de pensar y reflexionar sobre la relación que establecen las personas mediante el lenguaje. Es importante entender que esto no se reduce a la comunicación verbal sino a que comprende o implica a cualquier sistema de signos utilizado como código en el proceso comunicativo. Este CÓDIGO puede ser el lenguaje de señas, el braile, las señales de tránsito, los emoticones o el código morse en el que pensaba Jakobson al momento de formular su esquema.

   En el esquema de la imagen superior se pueden observar los diferentes nombres que reciben estos componentes. El  DESTINADOR, también llamado EMISOR es la persona que manda un MENSAJE al DESTINATARIO. Para que sea eficaz el mensaje necesita de un CONTEXTO de referencia o REFERENTE que el destinatario pueda captar y entender. En una conversación, por ejemplo, sobre el clima, los participantes acordarán sobre ese CONTEXTO si hace calor o hace frío o si está más caluroso que días anteriores. Lo importante es que ambos participantes comparten ese CONTEXTO o referencia. Puede darse el caso que una persona como DESTINADOR le cuente a otra sobre un partido de fútbol y que el DESTINATARIO no sepa el resultado del partido ni lo haya visto. En ese caso igual comparten el CONTEXTO porque ambos conocen ese deporte, a sus jugadores o sabían de la existencia de tal partido de fútbol. 

  Otro elemento que deben compartir los hablantes es el CANAL, que Jakobson denomina CONTACTO y se trata del medio físico o material por el cual se transmite el mensaje. Pueden ser las manos moviéndose o el aparato fonatorio vibrando aire, puede ser auditivo, visual o lumínico. En este caso debemos diferenciarlo del CÓDIGO que es el sistema de signos relacionados mediante reglas. Por ejemplo, el semáforo tiene tres signos (tres colores) y de acuerdo a las reglas de aparición o no de estos signos se podrá cruzar o no. Esto último, cruzar o no cruzar la calle ante un semáforo será el SIGNIFICADO.  

   Otro aspecto del esquema es que cada uno de sus componentes determina o establece una FUNCIÓN diferente del lenguaje. Según cómo sea la comunicación dominará una FUNCIÓN del lenguaje. Si volvemos a nuestro ejemplo del semáforo, notamos que allí predomina la función CONATIVA o apelativa; es decir, aquella mediante la cual se busca que el RECEPTOR o DESTINATARIO realice una acción: cruzar o no cruzar la calle. 
La función expresiva se observa en mensajes dónde lo más importante es mostrar cómo se siente el DESTINADOR o EMISOR. Puede ser el caso de interjecciones como: !Ay! o las risas usadas en los mensaje de texto (Jajaja) y los mismos emoticones usados en la conversación por chat. 
Muchas veces los participantes de la comunicación verifican que comparten el mismo CANAL o CONTACTO, tal como sucede si comprobamos que anda la cámara web o el micrófono en una videoconferencia o preguntamos si escuchamos o vemos bien determinadas señales.
En cambio, si predomina la función metalingúística los participantes de la comunicación harán referencia al mismo lenguaje que utilizan. En el caso del lenguaje de señas pueden significar que uno de los participantes mueve las manos muy rápido u otro lo hace más lento. En ese caso predomina la función metalingüística y es la que domina en cualquier conversación sobre el lenguaje utilizado, tal como sucede en las clases sobre expresión escrita.   

   Con respecto a la función poética, es la que más le importaba a Jakobson para notar el fenómeno de la literatura. De hecho, en el arte literario domina esta función que pone en  relieve al lenguaje mismo como hecho estético. Por ejemplo, si decimos que tal palabra es más linda que otra, estamos usando la función poética.

   La función referencial o DENOTATIVA es la más usual en el discurso informativo, aquel que intenta compartir información sobre el CONTEXTO con el DESTINATARIO. Si respondemos qué hora es estaremos haciendo un uso dominante de esta función del lenguaje y también si redactamos un informe sobre algo ocurrido en la empresa en que trabajamos o les contamos a nuestros amigos cómo estuvo nuestro día.  

  El esquema de la comunicación ha recibido numerosas críticas, particularmente porque es un esquema estático que contempla a un DESTINATARIO pasivo y receptivo a los mensajes que le llegan, cuando sabemos que en realidad el proceso comunicativo es más dinámico, con más participantes, respuestas inesperadas e interferencias. Sin embargo, es una buena introducción para reflexionar sobre la comunicación humana. 

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