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La casa de azúcar: un cuento de Silvina Ocampo


En el siguiente enlace podrás observar algunas características de este cuento de Silvina Ocampo. 

Aquí, a la manera de un clásico relato de horror, la autora desarrolla la temática del doble . Una joven pareja se muda al barrio de Barracas, en Buenos Aires. Cristina, tras la mudanza, irá cambiando sus gustos y conducta. De hecho, su cónyuge dice al respecto: “advertí que su carácter había cambiado: de alegre se convirtió en triste, de comunicativa en reservada, de tranquila en nerviosa”. Estos cambios se manifiestan al poco tiempo de la llegada del matrimonio a la nueva casa. ¿Tiene algo que ver la casa? Ella era muy superticiosa, “quiere un departamento nuevo” porque de lo contrario “el destino de los ocupantes influiría sobre su vida”. Algo que parece premonitorio. Mientras, su marido le oculta que ellos no son los primeros habitantes por temor a recibir diversas represalias. 

En el cuento, Cristina recibe la visita de una muchacha y ex novios que  ven en ella a una tal Violeta (habitante anterior de la vivienda en cuestión) mientras él sin querer y a escondidas observa cómo uno y otro insisten en llamarla por ese nombre. Cristina niega absolutamente tener algo que ver con esa desconocida y todo reclamo de aquellos. Por lo tanto, y hasta el momento son sólo estos personajes quienes ven o creen ver a Violeta en la esposa de Carlos. A medida que la historia avanza, Cristina empieza a preocupar más y más a su marido por sus conductas, al punto de preguntarle a él: “¿Te gustaría que me llamara Violeta?

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